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13 de marzo de 2017

Velando por el sueño de las vecinos

“Se acabó la rumba, chicas…”, dijo el encargado del audio cuando vio entrar al local a la comisión fiscalizadora.

Lo ocurrido en uno de los tantos establecimientos de la bohemia calameña –“El Sultán”, de calle Loa- se repitió en otros nueve locales la noche del pasado viernes y sábado, atendiendo principalmente a las denuncias de los vecinos que llegan hasta el gobierno provincial.

“Entendemos que estas fiscalizaciones generan molestia en los clientes que buscan pasar un buen rato, pero no podemos omitir las quejas de los vecinos que ven alterada la seguridad de sus entornos y piden respeto a sus familias”, planteó Osvaldo Villalobos, gobernador provincial (S) y quien lideró la salida a terreno.

Y cierto es que las fiscalizaciones no simpatizan a los dueños de los establecimientos ni menos a los parroquianos que ven que no solo cesa “la rumba” en los parlantes, sino también se encienden las luces para que policías e inspectores hagan su tarea.

Un trabajo que el fin de semana fue intenso, porque la comisión hizo sentir su paso en diez establecimientos –sector central y Grecia al poniente-, dejando 6 locales con prohibición de funcionamiento, cursando 6 infracciones a le ley del tabaco y 4 sumarios sanitarios.

El riguroso examen de los inspectores de la Seremia de Salud, dejó entrever una falta de preocupación por la higiene (cocinas, comedores, salones, baños) de los locales, falencia que salta a la vista en algunos casos y que le hacen un feo favor a la imagen de Calama.

Arduo también fue el trabajo para las policías. Tan solo el examen a un par de locales por la Policía de Investigaciones, registró ocho extranjeros en situación irregular, visas vencidas y personas trabajando con visa de turista.

Pero sobrepasó lo imaginable, lo acontecido en las parcelas 2 y 3 (colindante a villa Inés de Suárez) la noche del sábado, donde medio millar de jóvenes –mayormente bolivianos-, debió abandonar ambos locales sin no antes explicar a Investigaciones su situación de residencia en Calama.

La tarea fue agotadora y medió el buen tino de los funcionarios de Investigaciones para facilitar el abandono del local. “Los entrevistamos, uno por uno para ver en qué calidad estaban en Chile, legales o ilegales, porque la mayoría de ellos no tenía documentación, lo que no corresponde porque, al igual que todo chileno, ellos deben portar sus documentos”, dijo Ivar Villenas, subcomisario de Investigaciones.

En tanto, las parcelas 2 y 3 quedaron en sus puertas con el cartel de “prohibición de funcionamiento”, por la autoridad sanitaria dadas las deficiencias higiénicas de las instalaciones.

Además, sus administradores, quedaron citados a las oficinas del Servicio de Impuestos Internos, al no contar con inicio de actividades. “Venden y no emiten boletas… hoy nuestro modelo de acción está enfocado en contribuyentes que no están formalizados y trabajan en forma legal respecto a quienes sí pagan todos sus impuestos”, declaró Alicia Naveas, jefa provincial del SII que encabezó el trabajo de su equipo en la jornada nocturna.

Al filo de un nuevo día terminaron prácticamente la fiscalización conjunta de los servicios. “Esto ha sido una demostración que los servicios estamos preocupados por la comunidad y los vecinos pueden dormir tranquilos”, manifestó Luis Ibáñez, sub oficial mayor de Carabineros, al cierre de la fiscalización, refrendando el comentario de un locutor de trasnoche al reconocer la labor muchas veces anónima de gente que sí hace su pega.

Locales visitados

Los establecimientos fiscalizados en esta oportunidad fueron: (viernes) Internacional 1, Voy y vuelvo, La clínica, Sultán y Maxim; (sábado) Melao, Luz de luna, Cicardamloa, Parcela 2 y Parcela 3.