“Ahora voy a escribir todo lo que se me ocurra”, comentó, entusiasta, Jorge Chávez, el joven no vidente, luego de teclear las primeras letras en su flamante máquina de escribir en Braille que recibió del Departamento Social de la Gobernación Provincial de El Loa.

El momento fue celebrado por quienes –el gobernador Claudio Lagos, entre ellos- presenciaron cómo el joven Chávez, sacaba la máquina de su envoltorio hasta poner sus yemas sobre la corrida de seis teclas que incorporan el sistema Braille.

Chávez, agradecido, dijo que entre sus planes considera impartir clases en la escuela para ciegos de Calama. “Mi hijo no quiere más guerra… y está deseoso por empezar porque él piensa que de esta manera compensará el apoyo recibido”, acota Annie Krustolovic, su madre.

Sí, porque los primeros años de infancia no fueron fáciles para él. “Una vez que salió del jardín infantil, ninguna escuela nos abría la puerta, pero hubo una profesora, la señorita Fresia Gutiérrez de la escuela D-42, que se la jugó por él. Le entregó un cholguán perforado y una lapicera sin tinta, para que aprendiera sus primeras letras”, recuerda su madre.

Hoy, Jorge Chávez luce orgulloso su flamante máquina de escribir en Braille y que también será la herramienta que le permitirá abrirse camino con armas propias.

El gobernador Claudio Lagos, ratifica esta idea, argumentando que, “lo que entregamos a Jorge no es una ayuda de tipo asistencial, sino una herramienta potente de inclusión social y laboral y que le facilitará canalizar todo el talento que posee. Él es un claro ejemplo de lo que es capaz una persona cuando se propone algo sin importar su situación de discapacidad”, acota.

Otra faceta que destaca a Jorge Chávez es su veta artística, como lo constata su participación en concursos de poesías, declamación y festivales de canto, así como el tiempo que dedica a instrumentos como batería y órgano.